domingo, 26 de noviembre de 2017

Llamamiento a un encuentro internacional para la creación del Bloque para la Revolución Integral

Este es un llamamiento a todos los colectivos, personas y pueblos del mundo que estéis trabajando
desde abajo para la construcción de otra sociedad con el objetivo de realizar un encuentro
internacional y fundar el Bloque para la Revolución Integral.

Contextualización

Muchas personas coincidimos hoy en que la forma de organización social establecida en la mayoría de territorios de este planeta nos aboca a crisis en todos los ámbitos de nuestra vida: nos separa de la toma de decisiones sociales y vitales, nos reduce a moneda de cambio como fuerza de trabajo, nos individualiza, nos separa y aniquila las formas de vida y los recursos de la Tierra. Pensamos que esta destrucción, vacío interior y separación de aquello que podríamos llegar a ser no es sólo fruto de unos malos gobernantes o de unos capitalistas sin escrúpulos sino que es algo inherente a las dinámicas de este sistema, a través de las instituciones y de los valores de dominación que lo configuran.
La dominación es sumisión, ejercida mediante el poder, y se manifiesta de modo rotundo y visible a través del monopolio de la violencia física (genocidios, asesinatos, torturas, represión..., ejercida por las fuerzas represivas) y de manera más aceptada con otras formas de violencia estructural y control social: el trabajo asalariado, la propiedad privada, los medios de comunicación masivos, la publicidad, el asistencialismo...
Así pues, podemos constatar que la dominación y la concentración de poder aumentan cada vez más en la mayoría de territorios.

Focos de resistencia

La dominación intenta socavar la dignidad humana, que es en sí misma semilla de la resistencia y de la construcción de otros mundos. Comunidades originarias, pueblos indígenas, movimientos sociales y políticos autogestionarios y colectivos resistentes en cada rincón del planeta continúan su larga batalla para defender la tierra de la explotación, de la desarticulación de sus culturas y de la humillación de sus gentes. Tanto en el campo como en la ciudad, la dignidad nos dota de formas legítimas de autodefensa de los pueblos, de los valores humanos y de la propia humanidad.
Las movilizaciones se multiplican allí donde resiste la dignidad: la insumisión y la desobediencia refuerzan la no-colaboración con las estructuras dominantes (estados, instituciones y empresas).
Son focos de resistencia a la asimilación y plantan cara al poder. Son inteligencia colectiva en emulsión, creación y garantía de que otros mundos son necesarios y empiezan a hacerse realidad.

Hacia una Revolución Integral

Estos focos de resistencia lo son también de esperanza, ya que muestran la voluntad de no aceptar la barbarie actual. Aún así, tenemos que lamentar que muchos esfuerzos transformadores todavía se centren sólo en la resistencia y se basen en pedir reformas. Pensamos que para resistir y, sobretodo, superar el sistema actual, hace falta que nos autoconstruyamos como personas y comunidades y que construyamos una nueva sociedad.


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